Cuando pensamos en cuidar nuestra piel, normalmente imaginamos cremas, mascarillas o tratamientos cosméticos. Sin embargo, pocas veces relacionamos directamente el ejercicio con la belleza y salud de nuestra piel. Lo cierto es que mantenerse activo regularmente puede transformar tu piel de una manera sorprendente, convirtiéndose en un verdadero aliado para lucir un rostro más saludable y luminoso.
Al hacer ejercicio, la circulación sanguínea aumenta, lo cual significa más oxígeno y nutrientes llegando a tu piel. Este efecto inmediato es el responsable del "after glow" después de entrenar. Además, esta mejora en la circulación facilita la eliminación de toxinas acumuladas, preveniendo inflamaciones, brotes de acné y el aspecto opaco y cansado.
Otro beneficio del ejercicio es que produce colágeno, una proteína que mantiene la piel elástica y joven. Una rutina física puede retrasarel envejecimiento, haciendo que tu piel luzca más tersa y rejuvenecida por más tiempo.
Por supuesto, es importante complementar el ejercicio con algunos cuidados básicos antes y después de cada sesión. Antes de entrenar, asegúrate de limpiar bien tu cara para evitar que el sudor y la suciedad obstruyan tus poros. Limpia nuevamente tu piel e hidrátala para restaurar su equilibrio después del esfuerzo y la transpiración.
Toma en cuenta el tipo de actividad que practicas. Ejercicios como el yoga, pilates o actividades al aire libre pueden reducir el estrés considerablemente, lo cual mantiene a la piel sana. El estrés crónico contribuye a la inflamación y al envejecimiento prematuro, por lo que elegir actividades relajantes es bueno para tu piel.
En resumen, incorporar ejercicio a tu estilo de vida no solo mejora tu salud física y mental, sino que ofrece ventajas inesperadas pero importantes para tu cutis. Al hacer al ejercicio parte integral de tu rutina de belleza, disfrutarás más tu piel, más luminosa, saludable y radiante.
Consejo
No forces el hacer ejercicio en horarios que te cuestan, por ejemplo si no eres una persona mañanera no te obligues a levantarte a entrenar. Tampoco te forces a empezar con una sesión de 45 minutos, con 10 minutos basta para empezar tu rutina.